[+Biografías] Uno de los primeros cantantes chilenos de importancia internacional, Renato Zanelli (1892 – 1935), nació en Valparaíso de padre italiano y madre chilena. A los dos años fue enviado con varios de sus hermanos (dos de los cuales también siguieron carrera de canto) a Italia, donde aprendió el idioma y buena parte de la técnica. Volvió a Santiago en 1913 y, al cumplir los 21 años, se incorporó al ejército realizando el servicio militar. Angelo Querzé fue su maestro, en Santiago, y quien lo instaló definitivamente como barítono.

El 21 de septiembre de 1916 debutó en el Municipal, como Valentín de Fausto de Gounod , acompañado por otro joven chileno: Pedro Navia. Debutó en el Metropolitan Opera de Nueva York tres años más tarde, como Amonasro en Aída de Verdi . Fue contratado como parte de la compañía estable, donde trabajó hasta 1923, período de cuatro años en que realizó la mayoría de los roles de barítono. En 1924 volvió a Italia para perfeccionar su técnica, apareciendo por primera vez en el Teatro San Carlo de Nápoles.

Luego de varias giras por Europa, Estados Unidos y América del Sur (donde siempre volvió al Municipal) se lució con el rol de Otello, el que estrenó en Turín en 1926 y luego en el Royal Opera House de Londres, donde fue aclamado por su intensidad. Realizó varias grabaciones en este rol y otros, con gran éxito comercial. Tal era su importancia que, en 1930, fue el protagonista del estreno de Lo Straniero de Pizetti, una de las óperas importantes del siglo XX.

Poco tiempo después comenzó a sufrir un cáncer que lo llevó tempranamente a la muerte, en el punto más álgido de su enorme talento. Su hermano, Carlo Morelli (Zanelli Morales), continuó la tradición, siendo una de las voces importantes del Metropolitan Opera House entre 1930 y 1940.  Como Otello, Zanelli sigue siendo considerado uno de los grandes intérpretes del siglo, junto a otro chileno: Ramón Vinay.